martes, 19 de noviembre de 2013

Así reía


...Así reía, mientras cabalgaba las riendas de su ciudad. Estaba teniendo un instante de fecundidad? Enrulando el desierto ornamentado que constituia la ciudad bulliente en un punto otro de cocción, en el vértice esquivo de ser ser poseída por su recontra hija. Deseaba nadar en ella, reducir los detalles de sus planos urbanísticos a corrientes que tiran lateral, vertical y diagonalmente el semblante, y oscilan el simismo desde la vulva hasta el criterio común de las veredas grises. La cabalgaba como a un potro salvaje y voluptuoso, bebiendo de las bocas de sus errores de formación, aquella informalidad que no atrapó al alma en su forma y la dejo salirse como sangre de sus heridas de primer grado, desde la infancia de sus tiernos monumentos. Asi la fue vampirizando, desde esas zanjas por donde el alma del mundo se dejaba ver. Las zanjas constituían el ritmo de sus embarazos. Aquella santidad de la ciudad que engendraba la astrología desde su propio caudal de tierra viva. Porque, por que no redireccionar el concepto de santidad del cielo a la tierra? Inflándolo hasta el reviente de vida y pronta adecuación. Así reía mientras se corría al mundo como a un espeso cónyugue, denso e irresoluble, voluptuoso en ritmos. Y de pronto todo el entorno caia en la misma textura para ser filtrado por la perspectiva del centro de todos los puentes. Reducir todo a agua. Por que para entender la naturaleza de la tierra hace falta comprender primero la del agua o La muerte… así reía





martes, 18 de septiembre de 2012

Existir

Existir naturalmente es haberse embebido del mundo, en un solo sorbo espontáneo y continuo, carente de intenciones. Es hallar las coordenadas donde el océano interior se ha identificado con el devenir físico en una casualidad de dignidades solares. Es hallar en uno mismo al tripulante de la corriente interna y externa que oscila en las paternidades mutuas. Es devolver el amor a través de santuarios abiertos en constante incendio. Existir, ser eje del mundo sin poder salir horizontal ni verticalmente. No hay salida, hay traslado. Pero el traslado solo se da a través de succiones a mundos que quizás siempre nos han atravesado, en algún ganglio reconocido o incluso sin reconocer. Existir, ser canción que vierte sus cumbres en los baches más insólitos de los caminos, allí donde se acumula el olor humano en involución. Allí donde las sangres excretan solemnes un tétrico arrepentimiento, y la voz lacerada del jardín prescribe toda la belleza pronta a nacer, en ínfimos pormenores de tierra y luz, de polvo y fantasía. Existir, o el trino en que el individuo se diferencia para volverse a zambullir, oscilando entre la superficie y la profundidad, el quiebre que le ha inyectado la musa a la melodía, sin el que no es melodía. Existir: el secreto, el sacrificio. Existir, ese baile, esa curva.

jueves, 28 de junio de 2012

El río hablador

Porque toda gran insolación requiere de un sacrificio aun mayor.

lunes, 18 de junio de 2012

desascenciones y el género

Las mujeres descienden a través de las esencias y los hombres ascienden a través de las ideas. Pero al final los dos llegan a la identidad con el mismo sol.

martes, 5 de junio de 2012

con el corazón adentro o dentro del corazón

Es importante anotar que el corazón, centro vital del individuo humano, debe desplazarse durante nuestras vidas, del interior al exterior continente. Debe dejar de ser un sintoma personal que nuestro ser contiene, para pasar a ser aquel nucleo expansivo en el que cada uno de nosotros se encuentra contenido. En otras palabras debemos dejar de llevar el corazón dentro para pasar a habitar dentro del corazón. El corazón, vida y amor se comporta en su proyección en el tiempo como una corriente que debemos expander para que cumpla su función de llevarnos a las moradas de cada uno de los misterios,  no debe permanecer dentro como una corriente oscura que con el tiempo se torne negra y turbia de tanta concentración homogenea. El corazón proyectado es la identidad del amor del mundo, el alma del mundo que al ser sorbida nos retrotrae a nuestra infima función de devolver aquel amor ahora cifrado desde nuestra perspectiva. Devolverlo al mundo, dar, generando nuestra propia reducción al hueco, al grado cero del valor. Porque en este instante, el  individuo que sorbió ahora devuelve, adquiriendo la dimensión de un hueco, una escisión a través de la cual fluye el mundo que ahora le es permitido parir. El corazón engendra el amor, luego el amor engendra al mundo vestido de artes.

sábado, 10 de marzo de 2012

buscabas y encontrabas




Buscabas y encontrabas, estelas deshabitando sus arquitecturas. Entre los escombros del sol, un pintor ahora llora las distancias de su madre suspendida. Refundida, en los cabellos de la masa que avanzaba gris por escaleras aplanadas, cuando la jardinería enviudó, pero la procesión aun continuaba verde en sus entrañas. La cúpula de la iglesia se desprendió de su ojo exaltado hacia el lazo cervical del cielo y el punto aparte.

Descompuesto, continuó su parentesco con las alcantarillas. Descompuesto y echado hacia atrás, la nuca al suelo y su cuerpo el puente hacia el gusano excitado y en pasión. Salto al cenit del arco, y se torcieron sus triángulos entreabriendo las piernas del dialogo locuaz entre el loco y el mundo.

In-mundo

Sorbo de menudencias al mercado astral

Y una copa rota en los labios de la sangre todavía más rota

Buscabas y encontrabas

Nuevos vicios fabricados con ausencia vertebral

miércoles, 7 de marzo de 2012

El deslumbramiento y su discursividad rítmica

Continuando con el post anterior. Estos sucesos a los que llamé "instantes", al darse en una cadena temporal de unidades equivalentes, la perturban haciendo caer la continuidad y aniquilando una historia. Pero que es lo que sucede internamente?
No sucede nada pues el verbo suceder presupone un tiempo de unidades equivalentes. No tendría sentido aplicarlo aquí. La palabra que si podemos utilizar es "acontecer". Un acontecimiento solamente requiere de un inicio de momento, nada presupone acerca de su de calidad o propiedades internas. Ahora si podemos decir: En este instante acontece la vida.
Exploremos más a fondo este instante y su incrustación en el tiempo. Digamos que esto sucede a modo de brote.
Cuando las semillas brotan, vemos que de su volumen emerge un nuevo volumen que sigue su crecimiento germinando en una planta completa. Coloquemos nuestra atención en el hecho de emerger. Esto requiere que un volumen crezca dentro de otro volumen. Así, el instante debe brotar en la cadena temporal. Un brote en la cadena de tiempo, es un tiempo vivo a diferencia de sus unidades compañeras. Si queremos ponerlo de otro modo podemos decir que el tiempo regular es un tiempo acostumbrado, domesticado a nuestra existencia, a nuestra extensión y brevedad. El tiempo vivo es nuevo y bruto. Es asombro.

Ahora, regresando al tema de nuestra vivencia del tiempo al que hemos denominado regular y su diferencia con estos instantes, pongámosle atención a la constitución interna temporal de ambos fenómenos. Llamémosle discursividad simple a aquella del tiempo regular y su forma estandar, 1 tras 1 tras 1 tras 1 y llamémosle discursividad rítmica a la de los instantes.

discursividad rítmica

Brote de vida de otro plano al nuestro. Emerger, desde el infinito infinitesimal de la escala de la duración, haciéndose eterno al esfumarse y haciéndose cada vez mas breve sin terminar de serlo nunca.
Una vez quise sacar de mi imaginación una figura que me había hecho de un "duende".
Este poseía finas y largas extremidades. Sus manos acababan en punta al igual que sus pies, pero mi vista no me permitía ver la arista de aquella punta. Sus extremidades se hacian más pequeñas cada vez hasta volverse invisibles, pero eso no implicaba que hubiesen concluido.
Algo así pienso del brote.
Ahora por qué he empleado el término discursividad rítmica?

Como vimos anteriormente, el tiempo regular esta constituido de unidades equivalentes, en cambio, el otro tipo de tiempo (el de los instantes) que nuestra consciencia improvisadamente genera ante la situación a la que nos enfrentamos, esta constituido de elementos no equivalentes, dando lugar a una suerte de ritmo. Dijimos en otro post, que se trata de un momento quebrado, el quiebre consiste en el aparente desorden al que nuestra consciencia se enfrenta en el acontecimiento, viéndose obligada a generar un ritmo para poder coger este desfase y almacenarlo más tarde en la memoria.