martes, 18 de septiembre de 2012

Existir

Existir naturalmente es haberse embebido del mundo, en un solo sorbo espontáneo y continuo, carente de intenciones. Es hallar las coordenadas donde el océano interior se ha identificado con el devenir físico en una casualidad de dignidades solares. Es hallar en uno mismo al tripulante de la corriente interna y externa que oscila en las paternidades mutuas. Es devolver el amor a través de santuarios abiertos en constante incendio. Existir, ser eje del mundo sin poder salir horizontal ni verticalmente. No hay salida, hay traslado. Pero el traslado solo se da a través de succiones a mundos que quizás siempre nos han atravesado, en algún ganglio reconocido o incluso sin reconocer. Existir, ser canción que vierte sus cumbres en los baches más insólitos de los caminos, allí donde se acumula el olor humano en involución. Allí donde las sangres excretan solemnes un tétrico arrepentimiento, y la voz lacerada del jardín prescribe toda la belleza pronta a nacer, en ínfimos pormenores de tierra y luz, de polvo y fantasía. Existir, o el trino en que el individuo se diferencia para volverse a zambullir, oscilando entre la superficie y la profundidad, el quiebre que le ha inyectado la musa a la melodía, sin el que no es melodía. Existir: el secreto, el sacrificio. Existir, ese baile, esa curva.

jueves, 28 de junio de 2012

El río hablador

Porque toda gran insolación requiere de un sacrificio aun mayor.

lunes, 18 de junio de 2012

desascenciones y el género

Las mujeres descienden a través de las esencias y los hombres ascienden a través de las ideas. Pero al final los dos llegan a la identidad con el mismo sol.

martes, 5 de junio de 2012

con el corazón adentro o dentro del corazón

Es importante anotar que el corazón, centro vital del individuo humano, debe desplazarse durante nuestras vidas, del interior al exterior continente. Debe dejar de ser un sintoma personal que nuestro ser contiene, para pasar a ser aquel nucleo expansivo en el que cada uno de nosotros se encuentra contenido. En otras palabras debemos dejar de llevar el corazón dentro para pasar a habitar dentro del corazón. El corazón, vida y amor se comporta en su proyección en el tiempo como una corriente que debemos expander para que cumpla su función de llevarnos a las moradas de cada uno de los misterios,  no debe permanecer dentro como una corriente oscura que con el tiempo se torne negra y turbia de tanta concentración homogenea. El corazón proyectado es la identidad del amor del mundo, el alma del mundo que al ser sorbida nos retrotrae a nuestra infima función de devolver aquel amor ahora cifrado desde nuestra perspectiva. Devolverlo al mundo, dar, generando nuestra propia reducción al hueco, al grado cero del valor. Porque en este instante, el  individuo que sorbió ahora devuelve, adquiriendo la dimensión de un hueco, una escisión a través de la cual fluye el mundo que ahora le es permitido parir. El corazón engendra el amor, luego el amor engendra al mundo vestido de artes.

sábado, 10 de marzo de 2012

buscabas y encontrabas




Buscabas y encontrabas, estelas deshabitando sus arquitecturas. Entre los escombros del sol, un pintor ahora llora las distancias de su madre suspendida. Refundida, en los cabellos de la masa que avanzaba gris por escaleras aplanadas, cuando la jardinería enviudó, pero la procesión aun continuaba verde en sus entrañas. La cúpula de la iglesia se desprendió de su ojo exaltado hacia el lazo cervical del cielo y el punto aparte.

Descompuesto, continuó su parentesco con las alcantarillas. Descompuesto y echado hacia atrás, la nuca al suelo y su cuerpo el puente hacia el gusano excitado y en pasión. Salto al cenit del arco, y se torcieron sus triángulos entreabriendo las piernas del dialogo locuaz entre el loco y el mundo.

In-mundo

Sorbo de menudencias al mercado astral

Y una copa rota en los labios de la sangre todavía más rota

Buscabas y encontrabas

Nuevos vicios fabricados con ausencia vertebral

miércoles, 7 de marzo de 2012

El deslumbramiento y su discursividad rítmica

Continuando con el post anterior. Estos sucesos a los que llamé "instantes", al darse en una cadena temporal de unidades equivalentes, la perturban haciendo caer la continuidad y aniquilando una historia. Pero que es lo que sucede internamente?
No sucede nada pues el verbo suceder presupone un tiempo de unidades equivalentes. No tendría sentido aplicarlo aquí. La palabra que si podemos utilizar es "acontecer". Un acontecimiento solamente requiere de un inicio de momento, nada presupone acerca de su de calidad o propiedades internas. Ahora si podemos decir: En este instante acontece la vida.
Exploremos más a fondo este instante y su incrustación en el tiempo. Digamos que esto sucede a modo de brote.
Cuando las semillas brotan, vemos que de su volumen emerge un nuevo volumen que sigue su crecimiento germinando en una planta completa. Coloquemos nuestra atención en el hecho de emerger. Esto requiere que un volumen crezca dentro de otro volumen. Así, el instante debe brotar en la cadena temporal. Un brote en la cadena de tiempo, es un tiempo vivo a diferencia de sus unidades compañeras. Si queremos ponerlo de otro modo podemos decir que el tiempo regular es un tiempo acostumbrado, domesticado a nuestra existencia, a nuestra extensión y brevedad. El tiempo vivo es nuevo y bruto. Es asombro.

Ahora, regresando al tema de nuestra vivencia del tiempo al que hemos denominado regular y su diferencia con estos instantes, pongámosle atención a la constitución interna temporal de ambos fenómenos. Llamémosle discursividad simple a aquella del tiempo regular y su forma estandar, 1 tras 1 tras 1 tras 1 y llamémosle discursividad rítmica a la de los instantes.

discursividad rítmica

Brote de vida de otro plano al nuestro. Emerger, desde el infinito infinitesimal de la escala de la duración, haciéndose eterno al esfumarse y haciéndose cada vez mas breve sin terminar de serlo nunca.
Una vez quise sacar de mi imaginación una figura que me había hecho de un "duende".
Este poseía finas y largas extremidades. Sus manos acababan en punta al igual que sus pies, pero mi vista no me permitía ver la arista de aquella punta. Sus extremidades se hacian más pequeñas cada vez hasta volverse invisibles, pero eso no implicaba que hubiesen concluido.
Algo así pienso del brote.
Ahora por qué he empleado el término discursividad rítmica?

Como vimos anteriormente, el tiempo regular esta constituido de unidades equivalentes, en cambio, el otro tipo de tiempo (el de los instantes) que nuestra consciencia improvisadamente genera ante la situación a la que nos enfrentamos, esta constituido de elementos no equivalentes, dando lugar a una suerte de ritmo. Dijimos en otro post, que se trata de un momento quebrado, el quiebre consiste en el aparente desorden al que nuestra consciencia se enfrenta en el acontecimiento, viéndose obligada a generar un ritmo para poder coger este desfase y almacenarlo más tarde en la memoria.

miércoles, 22 de febrero de 2012

modificación de volumen, dilatación del instante

"Jálale, crécele, estírale, róbale
híncha la esencia de como crecer...
contra el tiempo."

Prometí en una entrada anterior escribir sobre esto. Pero ahora que empiezo a pensar casi no encuentro las palabras adecuadas.
En la nota acerca de las intersecciones y los puentes mencioné que para ejercer la intersección con la naturaleza voluntariamente, es necesario saber regular el propio volumen. Con volumen no me refiero a la dimensión física del sujeto en cuestión, sino a su impresión de la misma. A veces la conmoción ante el mundo se da de una manera en nuestra subjetividad que tenemos la sensación de que ese tiempo en que sufrimos tal conmoción, escapó del tiempo o de aquello que podría llamarse como tal. Es como si en una sucesión de segundos, en una sucesión de latidos vividos continuamente; aconteciese un segundo engordado, crecido. Este suceso al que quiero llamar "instante", es una unidad temporal dilatada que rompe la cadena, revienta el momento. Generando en la rajadura un globo de vida, no cifrada y bruta.
Si el tiempo es transcurso, el instante no puede ser entendido como tiempo, sino como la consecuencia de algo que hace caer la continuidad del devenir en la conciencia de un sujeto. El instante crecido carece de continuidad y por tanto es eterno. Es la muerte real, infinita, que irrumpe contra la cadena de unidades equivalentes aniquilando la historia. Vivir un "instante" es experimentar la muerte.

La vivencia de este tipo de sucesos debe servirnos para anclarnos adecuadamente en la tierra. Si mencioné esto en la nota sobre puentes e intersecciones fue para aclarar que no debemos quedarnos en la mera vivencia de los instantes. Ellos deben permitirnos una buena inmersión en la naturaleza (Más adelante hablaré de esto). Cuando el propio volumen sufre accidentes de este tipo es cuando el sujeto descubre la potencia reguladora del mismo. Debemos llegar a andar "en" la tierra, no "sobre" la tierra que es lo usual hoy en día.
Debemos ser serpiente que repta, corriendo cada poro de alma.
Debemos habitar.

martes, 21 de febrero de 2012

Sincronías en torno al mundo del valor

Una vez caminando, viajé por todo el espectro del valor. Desde el uno menor de la divisibilidad hacia el uno mayor de la unidad. Terminé mi jornada en el sol del atardecer, brillante, nostálgico, cobrizo... un domingo. No protagonizé ninguna de las estancias de dicho espectro, pero observé todo y anoté en mi cuaderno hacia el final del día:

"Cómo me encantaría adquirir un anillo de oro con un sol grabado. Un anillo de matrimonio con el sol y mi ciudad toda..."

Entonces vino a mi mente la siguiente condición:

"No podrás adquirir dicho anillo a menos que consigas en algún lugar de la ciudad otro tan barato como un centavo, en el peldaño más bajo del espectro del valor. Solo asi podrás usar genuinamente este anillo matrimonial.

Ceremonial."

sábado, 18 de febrero de 2012

Sexualidad de la intersección y sexualidad del puente


Antes de empezar con esta nota, me gustaría aclarar el concepto de sexualidad que utilizo en el título. Con sexualidad me refiero a un cierto modo de ver el mundo. "El mundo sexualizado".
Mircea Eliade discurre sobre esto en un capítulo de su libro "Herreros y alquimistas"
He aquí un fragmento esclarecedor:

"Cuando hablamos de la sexualización del mundo vegetal, conviene que nos entendamos bien sobre el sentido del término. No se trata de los fenómenos reales de la fertilización de las plantas, sino de una clasificación morfológica cualitativa que es consecuencia y expresión de una experiencia de simpatía mística con el mundo. Es la idea de la vida que, proyectada sobre el cosmos, lo sexualiza."

La sexualidad aplicada al devenir se comporta como una ruta que da lugar a la fusión. Una fusión entre dos elementos o dos cuerpos que sean parte de un conjunto u orden.
La fusión entre dos cuerpos de diferentes conjuntos y ordenes es posible también pero de otra forma. Y es aquí cuando hago la distinción del título.

1) sexualidad de la intersección
2) sexualidad del puente

1)
Esta se da en el primer caso. Consiste en la fusión de dos elementos o cuerpos dentro de un mismo conjunto u orden. Un hombre y una mujer, un metal y otro metal, una planta y otra planta.
Ambos cuerpos precisan de un lugar común generado por la generalización, por la ampliación hacia la especie. En este caso la ruta consiste en ir eliminando los paréntesis que nos llevan a nuestras especificidades particulares para encontrar la generalidad que nos une con el otro. Dentro de esta generalidad se produce la intersección y por ende la fusión.

*Quiero agregar aquí que existe otro tipo de intersección, la intersección entre el hombre o la mujer y otros cuerpos u elementos de su mundo/habitat. Menciono aquí la palabra habitat, ya que es muy importante esclarecer el modo en el que el sujeto se haya en el mundo antes de hablar de su posible fusión con otros elementos del mismo. El sujeto dicho debe habitar el mundo. Pero es esto tan sencillo?
El habitar genuino se da cuando el sujeto empieza a percatarse de su volumen con respecto del entorno en el que se haya, previo a la conciencia del volumen se da la conciencia de la diferenciación o divisibilidad con el resto de cuerpos. Debemos ser conscientes de esto último para poder abolirlo.
La conciencia del volumen llega al punto en que el sujeto aprende a regularla. No debemos hallarnos en el modo en que sentimos que engordamos el momento o que desbordamos el espacio (de eso hablaré mas adelante) sino en un modo de armonía. La armonía consiste en estar igualados, estar igualados con los demás elementos, cuerpos o sistemas es lo mismo que estar sumergidos, que es lo mismo que estar mimetizados, en fusión, viajando, fluyendo.

Cuando nos igualamos, nos hacemos cero y permitimos que el 1 pase llenando cada célula de vitalidad. Nos volvemos conductores, filtros de la realidad.
La cosa está en saber colocarse en el instante en el que nuestro sujeto se anule, se iguale para que ser atravesado por el caudal de la naturaleza.

Este tipo de fusión no se da entre un sujeto y otros elementos particulares, sino entre el sujeto y la naturaleza toda.

2) sexualidad del puente


En este punto llegamos a las fusiones entre dos elementos que no pertenecen al mismo conjunto. Para que esto sea posible es necesario un puente ya que ambas no pueden encontrar la generalidad que las contiene. Este es el caso del hombre y dios.
Me gusta recordar el significado de chakana: puente a la divinidad.



viernes, 17 de febrero de 2012

las rutas

El título de este blog "rutas iniciáticas en la ciudad de Lima", surge de algo que he venido pensando algunas semanas atrás y me es grato iniciar a compartir en el instante en que escribo estas lineas. Todo se podría resumir en:
"Siempre ando detrás de pistas"
Siempre ando detrás de migajas de pan como en el cuento, esperando armar la casa a lo largo del camino. Voy contándolas , formándolas hasta casi convertirlas en pistas con contenido. Aunque medio crípticas e intrincadas sean, siempre esconden alguna revelación. Y de revelación en revelación las migajas se van trenzando para formar el pan.
Cuando una serie de migajas se trenzan, podemos decir que tenemos un camino. El trenzar se da por el acto de continuarse. Cuando tenemos un camino, tenemos una ruta conozcamos o no el fin o la culminación.
Comenzaré colocando aquí algunas reflexiones en base a asuntos que he ido encontrando en el camino, azares que han creado su red con otros azares. Y esta red grande de pistas será la vida con la que ahora cojeré y atraparé todos y cada uno de los acontecimientos.