sábado, 18 de febrero de 2012

Sexualidad de la intersección y sexualidad del puente


Antes de empezar con esta nota, me gustaría aclarar el concepto de sexualidad que utilizo en el título. Con sexualidad me refiero a un cierto modo de ver el mundo. "El mundo sexualizado".
Mircea Eliade discurre sobre esto en un capítulo de su libro "Herreros y alquimistas"
He aquí un fragmento esclarecedor:

"Cuando hablamos de la sexualización del mundo vegetal, conviene que nos entendamos bien sobre el sentido del término. No se trata de los fenómenos reales de la fertilización de las plantas, sino de una clasificación morfológica cualitativa que es consecuencia y expresión de una experiencia de simpatía mística con el mundo. Es la idea de la vida que, proyectada sobre el cosmos, lo sexualiza."

La sexualidad aplicada al devenir se comporta como una ruta que da lugar a la fusión. Una fusión entre dos elementos o dos cuerpos que sean parte de un conjunto u orden.
La fusión entre dos cuerpos de diferentes conjuntos y ordenes es posible también pero de otra forma. Y es aquí cuando hago la distinción del título.

1) sexualidad de la intersección
2) sexualidad del puente

1)
Esta se da en el primer caso. Consiste en la fusión de dos elementos o cuerpos dentro de un mismo conjunto u orden. Un hombre y una mujer, un metal y otro metal, una planta y otra planta.
Ambos cuerpos precisan de un lugar común generado por la generalización, por la ampliación hacia la especie. En este caso la ruta consiste en ir eliminando los paréntesis que nos llevan a nuestras especificidades particulares para encontrar la generalidad que nos une con el otro. Dentro de esta generalidad se produce la intersección y por ende la fusión.

*Quiero agregar aquí que existe otro tipo de intersección, la intersección entre el hombre o la mujer y otros cuerpos u elementos de su mundo/habitat. Menciono aquí la palabra habitat, ya que es muy importante esclarecer el modo en el que el sujeto se haya en el mundo antes de hablar de su posible fusión con otros elementos del mismo. El sujeto dicho debe habitar el mundo. Pero es esto tan sencillo?
El habitar genuino se da cuando el sujeto empieza a percatarse de su volumen con respecto del entorno en el que se haya, previo a la conciencia del volumen se da la conciencia de la diferenciación o divisibilidad con el resto de cuerpos. Debemos ser conscientes de esto último para poder abolirlo.
La conciencia del volumen llega al punto en que el sujeto aprende a regularla. No debemos hallarnos en el modo en que sentimos que engordamos el momento o que desbordamos el espacio (de eso hablaré mas adelante) sino en un modo de armonía. La armonía consiste en estar igualados, estar igualados con los demás elementos, cuerpos o sistemas es lo mismo que estar sumergidos, que es lo mismo que estar mimetizados, en fusión, viajando, fluyendo.

Cuando nos igualamos, nos hacemos cero y permitimos que el 1 pase llenando cada célula de vitalidad. Nos volvemos conductores, filtros de la realidad.
La cosa está en saber colocarse en el instante en el que nuestro sujeto se anule, se iguale para que ser atravesado por el caudal de la naturaleza.

Este tipo de fusión no se da entre un sujeto y otros elementos particulares, sino entre el sujeto y la naturaleza toda.

2) sexualidad del puente


En este punto llegamos a las fusiones entre dos elementos que no pertenecen al mismo conjunto. Para que esto sea posible es necesario un puente ya que ambas no pueden encontrar la generalidad que las contiene. Este es el caso del hombre y dios.
Me gusta recordar el significado de chakana: puente a la divinidad.



1 comentario:

  1. Hay un error ortográfico que se repite en "el modo en el que el sujeto se HAYA en el mundo" y en "con respecto del entorno en el que se HAYA". Creo que debería ser, en ambos casos, "halla".

    Bonito texto. Coincido en algunas ideas, pero creo que seguiré viendo la sexualidad de manera mundana y vulgar. Se me hace más útil :)

    Saludos.

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